En los tres primeros meses del año 2020, se han registrado siete asesinatos de dirigentes sindicales. El 26 de julio, el representante del gremio agrario y miembro de la guardia campesina del municipio de Corinto, en el Departamento del Cauca, José Gustavo Arcila Rivera, fue asesinado por un individuo que le disparó mientras trabajaba en su parcela, y luego huyó. Arcila fue trasladado hasta el hospital del casco urbano de Corinto, donde fallecería poco después a consecuencia de la gravedad de las heridas recibidas.
El 18 de febrero, el dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores del Estado y los Servicios Públicos de Colombia (UTRADEC), William Manrique, fue víctima de un atentado cuando se dirigía a Bogotá luego de reunirse con gremios sindicales en la ciudad de Tunja. En el camino de regreso, fue interceptado por motociclistas que efectuaron varios disparos contra el vehículo en el que viajaba, uno de los cuales lo alcanzó en el pecho. Manrique sobrevivió al ataque gracias a que portaba un chaleco antibalas. El dirigente sindical ya había sido víctima de una serie de amenazas e intimidaciones debido a que realizó una serie de denuncias y acusaciones sobre hechos de corrupción en el sistema de salud en diversos hospitales de la ciudad de Bogotá.
El presidente de la subdirectiva de la USO en Puerto Gaitán, Jonathan Urbano, fue blanco de un atentado el 17 de febrero. Se dirigía a participar del taller de derechos humanos y paz de la Comisión nacional de derechos humanos de la USO. Viajaba en un vehículo de la Unidad Nacional de Protección (UNP), una entidad de protección y escolta adscrita al Ministerio del Interior de Colombia. Fue entonces cuando dos hombres en moto dispararon reiteradas veces contra la camioneta donde viajaban Urbano y tres acompañantes, incluido su equipo de seguridad. Afortunadamente no hubo que lamentar ningún herido.
Se trata del segundo episodio de violencia que experimenta un dirigente sindical de la USO en lo que va de año. David Ramírez, tesorero de la organización en Puerto Gaitán, sufrió un ataque con arma blanca el 13 de febrero, resultando herido en una mano; al mismo tiempo fue atacada su residencia. Los asaltantes fueron detenidos, pero la Policía Nacional los dejó en libertad, supuestamente por no portar en ese momento ninguna arma y a pesar de las evidencias que los involucraban en los hechos.
La USO ha informado asimismo que tres integrantes de la Junta subdirectiva de Puerto Gaitán fueron víctimas de agresiones y hostigamientos por parte de desconocidos. Otros cinco dirigentes de la Subdirectiva Meta también recibieron amenazas.
El 16 de febrero, el secretario de Prensa y Propaganda sindical de SUTIMAC en Cartagena, Turbaco Edgardo Puello Castro, recibió una llamada telefónica amenazante donde le advertían que si en 20 minutos no salía del Centro Recreacional La Locura, donde se encontraba con su familia, lo asesinaban; el compañero no dudó en abandonar el lugar de inmediato.