El 12 de noviembre de 2013, los trabajadores de SL Garment se manifestaron hasta llegar a la residencia del Primer Ministro con el objetivo de reclamar mejores salarios y condiciones de trabajo. La policía, fuertemente armada, respondió disparando munición real y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Una mujer que estaba vendiendo arroz a un lado de la carretera fue alcanzada mortalmente por una bala. El Primer Ministro declaró que los manifestantes estaban poniendo la industria de la confección en peligro al incitar a las empresas a trasladarse a países con menores costos de mano de obra.