En marzo de 2013, la alianza rebelde Seleka capturó la capital derrocando al presidente François Bozizé. Desde entonces, el país ha caído en la violencia étnico-religiosa.
En febrero de 2019, el gobierno y catorce grupos armados firmaron un acuerdo político para la paz y la reconciliación y las elecciones debían celebrarse en diciembre de 2020. Pero las esperanzas de que se restableciera el proceso democrático se vieron frustradas por los ataques de la Coalición de Patriotas por el Cambio, una nueva coalición rebelde, contra las principales ciudades de las afueras de la capital, Bangui.
En enero de 2021, el presidente Faustin-Archange Touadera fue reelegido, aunque sólo un tercio del electorado pudo votar debido a las amenazas de los grupos armados. El gobierno lucha por mantener el control de la capital, y depende de las fuerzas de paz y de otras fuerzas internacionales para su apoyo. La República Centroafricana sigue siendo uno de los países más pobres del mundo. Uno de cada cuatro centroafricanos es un desplazado interno o ha buscado refugio en el extranjero.
Las afiliadas de la CSI en la República Centroafricana son la Confédération Nationale des Travailleurs de Centrafrique (CNTC) y la Confédération Syndicale des Travailleurs de Centrafrique (CSTC).
La República Centroafricana ratificó el Convenio nº 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación (1948) en 1960 y el Convenio nº 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva (1949) en 1964.