En Malasia hay un total de 1,9 millones de trabajadores y trabajadoras migrantes registrados, lo que constituye aproximadamente el 21% de la población activa. Malasia es por tanto el mayor importador de mano de obra de Asia. Se calcula que hay otros 2 millones de trabajadores/as migrantes indocumentados. El 1 de agosto Malasia implementó un programa de amnistía para los trabajadores migrantes indocumentados. Según las disposiciones de la amnistía, se tomarían las huellas dactilares de los trabajadores migrantes indocumentados para su registro en una base de datos biométricos, y se les permitiría permanecer en el país siempre y cuando tuvieron un trabajo. En caso de estar desempleados, se les permitiría abandonar el país antes del 31 de octubre sin ser sancionados.
El 30 de mayo Malasia e Indonesia firmaron un Memorando de Entendimiento (MOU) sobre la mano de obra migrante que ponía fin a la moratoria de junio de 2009 impuesta por Indonesia en relación con el envío de trabajadores a Malasia. Según los términos del MOU, los trabajadores migrantes indonesios tendrán derecho a quedarse con sus pasaportes, a un día libre por semana, a vacaciones pagadas y a acceder a los servicios de comunicaciones. El MOU también estipula que el salario mínimo para los trabajadores migrantes no sería inferior al de Indonesia y que se pagarían las horas extraordinarias.
El 5 de mayo la policía malasia arrestó a dos trabajadores migrantes birmanos después de que hubieran denunciado unas condiciones de vida de hacinamiento en una fábrica de electrodomésticos. El 13 de julio el Malaysian Trade Union Congress (MTUC) instó a las autoridades a investigar a un representante de periódicos que habría abusado de diez trabajadores migrantes de la India a quienes no les pagaba sus sueldos. Cinco de estos diez trabajadores fueron al parecer equívocamente detenidos y acusados ante los tribunales de trabajar ilegalmente en el país. El MTUC interpuso procedimientos judiciales contra el empleador.