Indonesia - Represalias por acciones de huelga (2010)

El 16 de abril, 700 trabajadores sindicalizados, de la Federation of Indonesian Metalworkers Union (FSPMI) en PT Toshiba Consumer Products Indonesia, en el polígono industrial de Yakarta del Este, hicieron huelga después de que la empresa se negara a implementar el convenio laboral colectivo firmado por el sindicato y la dirección. Tras la huelga, la empresa envió una carta a todos los empleados diciendo que los que habían participado en la huelga serían despedidos, y más tarde cerró la producción y suspendió la cobertura del seguro médico a todos los huelguistas. El 5 de mayo, la policía y 30 matones a sueldo agredieron a los huelguistas a las puertas de la empresa. La compañía también despidió a 15 líderes sindicales electos. El 22 de agosto, la FSPMI y Toshiba resolvieron el conflicto con la firma de un convenio laboral colectivo y un acuerdo de reincorporar a 697 trabajadores, aunque no a los 15 líderes sindicales locales.

El 10 de marzo, trabajadores despedidos de la empresa manufacturera PT Mulia Industrindo se manifestaron delante del Ministerio de Mano de Obra y Transmigración de Yakarta del Sur. Mulia Industrindo despidió en Yakarta a cerca de 500 trabajadores sin ninguna indemnización, después de la huelga que llevaron a cabo en febrero. El 9 de junio, cerca de 1.700 trabajadores de la manufacturera de poliéster y textil PT Susila Indah Fiber Industries, en Tangerang (Banten), también hicieron huelga al no lograr llegar a un acuerdo con la dirección de la empresa con relación a diversas cuestiones, entre ellas el reconocimiento sindical y los salarios, que eran inferiores al mínimo establecido. Además la empresa había suspendido a tres trabajadores por su participación en protestas laborales en Yakarta el 1 de mayo.

En febrero, los trabajadores del sindicato FSPMI en PT Toshiba Consumer Products Indonesia, en el polígono industrial de Yakarta del Este, hicieron huelga después de que las negociaciones sobre convenios colectivos alcanzaran un punto muerto. La reacción de la empresa fue despedir a 300 trabajadores, y un delegado sindical del FSMPI fue acusado de destrucción de propiedad: la empresa afirmó que el delegado había dañado un teléfono de la empresa durante las negociaciones.

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