Cientos de miles de niñas, algunas de tan sólo 11 años de edad, trabajan como empleadas domésticas en Indonesia. Muchas trabajan largos horarios, sin ningún día de descanso, y no se les permite abandonar la casa en la que trabajan. En los peores casos, las niñas son víctimas de abusos físicos, psicológicos y sexuales. La legislación laboral de Indonesia excluye a todas las trabajadoras/es domésticas de los derechos laborales básicos de que disfrutan la mayoría de los trabajadores.