Hay entre 650.000 y 700.000 trabajadores/as migrantes empleados en el servicio doméstico en Kuwait, la mayoría mujeres procedentes del Sudeste asiático. Informes de malos tratos y abusos generalizados siguen trascendiendo con regularidad, así como los que describen el fracaso de las autoridades kuwaitíes para investigar, controlar y enfrentarse a estos problemas como es debido. Los trabajadores extranjeros empleados en el servicio doméstico, así como los nacionales y los chóferes, están excluidos de la legislación laboral y son vulnerables a los abusos por la falta de recursos legales efectivos. En 2011, 300 trabajadoras/es del hogar de Sri Lanka solicitaron refugio en la embajada de su país por haber tenido problemas con sus empleadores, y estaba previsto que abandonaran el país una vez se resolvieran los conflictos con sus patrocinadores y obtuvieran sus pasaportes y billetes de avión.
En 2009, las embajadas en Kuwait recibieron más de 10.000 quejas de empleados del servicio doméstico con relación a salarios no pagados, largas jornadas laborales y abusos físicos, sexuales y psicológicos. Muchos trabajadores/as del hogar que intentan escapar de sus empleadores abusivos se enfrentan a acusaciones penales por “fugarse”, y en la mayoría de los casos son deportados, aunque hayan sido víctimas de abusos y estén tratando de obtener una indemnización. El 26 de septiembre de 2010, Kuwait, donde se registra la mayor proporción de trabajadores del hogar por ciudadano de todo Oriente Medio, anunció que aboliría el sistema de patrocinio en febrero de 2011 y que sustituiría este sistema, basado en el empleador, por una oficina de contratación gestionada por el Gobierno. No añadió más detalles sobre la protección legal adicional que se brindaría a los trabajadores migrantes. Sin embargo, el nuevo Código Laboral prohíbe a las empresas del sector privado y petrolero retener los pasaportes de los trabajadores y prevé la imposición de multas para penalizar este comportamiento. Sin embargo, la nueva ley excluye a los trabajadores del hogar, al igual que sucede con la supresión del sistema de patrocinio.
En julio un informe de la ONU hacía un llamamiento a la implementación de mejoras urgentes en la promoción y protección de los derechos de los trabajadores/as del hogar extranjeros en Kuwait. El informe afirmaba que muchos trabajadores/as del hogar se quejan de verse recluidos en el domicilio donde trabajan, de tener que trabajar muchas horas al día sin descanso, de que no se les paga los salarios durante meses o incluso años y de ser en ocasiones objeto de abusos verbales, físicos y sexuales. La mayoría de los empleadores se quedan con el pasaporte y demás documentación del empleado. El Ministerio del Interior ha intentado resolver la problemática del trabajo forzoso y la trata de personas, e incluso ha invertido mayores esfuerzos en perseguir, castigar y sentenciar con severidad a los responsables de la trata, sobre todo a los patrocinadores que fuerzan a los trabajadores/as del hogar a la servidumbre involuntaria. También ha estado procurando cerrar agencias fraudulentas de contratación de mano de obra, así como anular las licencias de empresas de contratación que no cumplían con las normativas previstas por la Ley Laboral del Sector Privado de febrero de 2010. Sin embargo siguen sin resolver numerosas cuestiones importantes.
El 10 de marzo tres patrocinadores kuwaitíes y dos policías torturaron hasta la muerte a un asiático no identificado. Los patrocinadores kuwaitíes lo capturaron y “golpearon despiadadamente”, y a continuación lo entregaron a la policía, acusándolo de haber robado e incendiado sus granjas. Durante el “interrogatorio” policial, el trabajador sufrió un colapso y falleció. Los patrocinadores kuwaitíes y los policías están siendo interrogados por la policía acerca de este incidente. Ese mismo día, un guardia de tráfico no identificado encerró a un inmigrante asiático durante cuatro horas en su auto patrulla, propinándole una fuerte paliza y “arrojándolo” a la calle. En otro caso, una trabajadora del hogar indonesia perdió la vida tras arrojarse desde lo alto de un edificio; su cuerpo presentaba quemaduras de cigarrillo. Según la policía la mujer habría saltado de un sexto piso tras haber sufrido abusos sexuales y físicos por parte de dos hermanos kuwaitíes. Han aparecido muchos informes de casos parecidos de abuso por parte de empleadores y de la policía, sobre todo concernientes a trabajadoras/es del hogar extranjeras/os procedentes del sur de Asia y de Etiopía, como consecuencia de lo cual las agencias de contratación camboyanas decidieron en junio prohibir el envío de trabajadoras/es del hogar a Kuwait.