Durante el año 2011, según la Autoridad de Inmigración y Población de Israel, se encontraban en el país aproximadamente 184.000 trabajadores/as extranjeros. De esta cifra aproximadamente 109.400 eran indocumentados (incluidos los turistas que trabajan y cuentan con un permiso de trabajo). Los malos tratos son frecuentes, especialmente en el sector agrícola. A la par de los trabajadores/as procedentes de Europa del Este y de Asia, decenas de miles de palestinos trabajan para empleadores israelíes como migrantes documentados o indocumentados. Las tensiones raciales entre migrantes, refugiados e israelíes han ido en aumento.
El sector agrícola emplea además a 24.000 trabajadores/as migrantes, principalmente tailandeses, que llegan a Israel a través de agencias privadas a las que cada trabajador paga un promedio de 9.000 USD. Se dan casos frecuentes de explotación , con la retención de salarios, largas jornadas laborales con nóminas falsas o inexistentes y amenazas de deportación a todos aquellos trabajadores que intenten quejarse. El 12 de enero, después de una investigación encubierta, 12 empleados de una agencia de contratación situada en Ashkelon fueron arrestados bajo sospecha de estafar a los trabajadores agrícolas tailandeses y obligarlos a trabajar muchas horas para cumplir con las deudas ilegales contraídas con la agencia. Las autoridades sospechan que la agencia obligó a los trabajadores tailandeses a pagar decenas de miles de shéqueles para poder trabajar en Israel, y organizó lo que era un auténtico mercado de trabajo de esclavos cuando los trabajadores no podían pagar esas deudas, por lo demás ilegales. La ley permite que las agencias de contratación cobren como máximo 3.400 ILS a cada trabajador extranjero, pero la policía sospecha que las deudas contraídas con la agencia ascienden a unos 10.000 USD por trabajador.