Según un informe publicado en noviembre de 2009, la mayoría de los trabajadores/as de una fábrica textil en la zona industrial israelí de Barkan, recibían entre 7 y 12 shekels por hora (aproximadamente un tercio del salario mínimo legal). Los trabajadores no recibieron su nómina ni ninguna prestación médica o social, ni siquiera por las horas suplementarias o en concepto de vacaciones. En abril de 2008, la ONG Kav LaOved ayudó a 47 trabajadores palestinos de la fábrica Barkan a demandar a su empleador ante el Tribunal Laboral. También se presentaron quejas en la dirección, el Ministerio de Industria, Comercio y Trabajo de Israel y la Administración Civil. No obstante, las autoridades todavía no han visitado la fábrica ni tampoco han enviado la más mínima respuesta. Varios de los demandantes iniciales se han visto forzados a abandonar sus causas judiciales porque ni ellos ni sus familias se podían permitir dejar de trabajar.
En la primavera de 2009, los trabajadores que prosiguieron con la denuncia fueron despedidos en repetidas ocasiones, lo que supone una contravención de los mandatos judiciales del tribunal que ordenaban su readmisión. Algunos han recibido también amenazas de agresiones violentas por parte de los subcontratistas locales en caso de que intentaran encontrar otras fuentes de ingresos. En junio de 2009, una de las trabajadoras, Jamila Yassin, consiguió por fin un acuerdo con el tribunal, concerniente a los atrasos salariales que le debían, y en noviembre los casos de otros diez trabajadores fueron vistos por los tribunales.