Trabajadores migrantes asiáticos, que organizaron una protesta para exigir el pago de salarios pendientes, fueron arrestados por la policía y retenidos en comisaría. Los trabajadores detenidos explicaron que la protesta era su último recurso para obligar a la compañía a pagar los salarios adeudados. Sin embargo, el empleador presentó una queja formal contra ellos acusándolos de ausentarse del trabajo sin autorización. Fueron además amenazados con ser deportados.