Como parte de su candidatura para organizar la Copa del Mundo, Qatar se comprometió a construir nueve estadios y remodelar otros tres en un plazo de tan sólo 10 años. Un compromiso imposible de cumplir sin la contribución de los trabajadores/as migrantes, ya que los ciudadanos de Qatar representan apenas el 6% de la población activa. Se calcula que deberá contratarse a un millón de nuevos trabajadores migrantes, que vendrán a sumarse a los cerca de 1,2 millón de trabajadores/as migrantes que ya viven en Qatar (procedentes en su mayoría de Pakistán, India, Nepal, Filipinas, Bangladesh y Sri Lanka). El sector de la construcción emplea a 506.000 de estos trabajadores migrantes.
Numerosos trabajadores/as migrantes son víctimas de formas graves de explotación: salarios muy bajos (a menudo inferiores a lo que se les había prometido antes de salir de su país), impago o retrasos en el pago de sus salarios, riesgos extremos en lo que se refiere a la salud y la seguridad, confiscación de pasaportes, condiciones de alojamiento indecentes, etc. Las autoridades han anunciado planes para mejorar su situación, incluyendo la aplicación de leyes más estrictas para evitar la demora en el pago de los salarios o las prácticas usureras de las agencias de contratación. Sin embargo, es poco probable que estén dispuestas a abolir las leyes que prohíben a los trabajadores/as migrantes disfrutar de libertad sindical, tener derecho a la negociación colectiva y disponer del derecho de huelga. La legislación permite la formación de “comités de trabajadores” en empresas que cuentan con una plantilla de por lo menos 100 nacionales cataríes, pero los trabajadores migrantes no tienen derecho a formar parte de estos comités.
El 17 de noviembre, la CSI, la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera y el sindicato suizo Unia, entregaron a Joseph Blatter, Presidente de la FIFA, una carta anunciando una campaña sindical internacional que exige se retire la organización de la Copa del Mundo de 2022 a Qatar a menos que los órganos directivos del fútbol impongan a este país la obligación de respetar los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.