En 2011 continuaron las violaciones al derecho de asociación, pese a los múltiples llamados del movimiento sindical de Barbados exigiendo su reconocimiento. La negociación colectiva se ha visto impedida por la legislación y en la práctica resulta casi imposible, lo que ha quedado patente en el caso de los trabajadores y trabajadoras del hogar. Las prácticas antisindicales persisten y son permitidas por la legislación.