Después de que el autoritario presidente Lukashenko promoviera las inversiones chinas en Belarús, más de 2.400 trabajadores procedentes del gigante asiático llegaron a este país para trabajar. La mayor concentración se dio en la ciudad de Dobrus. La empresa Xuan Yuan Industrial Development Company contrató a obreros chinos para construir la fábrica de cartón de Dobrus. Estos trabajan en turnos de diez horas, siete días a la semana, con tan solo una pausa de 15 minutos para el almuerzo y tienen que vivir en rudimentarios dormitorios colectivos en la zona de las obras, durmiendo en literas de tres pisos y cocinando en diminutos espacios que comparten con decenas de trabajadores. Como si eso no fuera suficiente, el contratista chino les confisca los pasaportes, lo que les impide comprar tarjetas SIM locales para sus teléfonos móviles.
El 2 de junio de 2015, en respuesta a estas condiciones laborales de esclavitud y al impago de sus salarios, alrededor de 200 trabajadores chinos furiosos empleados de la empresa Xuan Yuan Industrial Development Company se lanzaron a las calles de Dobrus en dirección a la embajada de China en Minsk, a 300 kilómetros de distancia. La manifestación fue un acontecimiento extraordinario en Belarús, donde Lukashenko ha reprimido duramente cualquier forma de disidencia. La policía de Belarús, alertada por la empresa china, cargó contra los trabajadores, evitando así que siguieran su camino hacia Minsk.