Muchos trabajadores se ven privados de su derecho a afiliarse a un sindicato debido a la predominancia del sector público en Iraq, y al hecho de que los trabajadores del sector público no puedan acceder a los sindicatos. Los sectores como la banca, los seguros y el petróleo, entre otros, están preponderantemente en manos del Estado. Incluso las empresas industriales son con mucha frecuencia propiedad del Estado.