Cho Sung-deok, vicepresidente del sindicato de transportes públicos Korean Public Service and Transport Workers’ Union (KPTU), fue condenado el 26 de julio a dos años de prisión por su participación en la movilización masiva que tuvo lugar el 14 de noviembre de 2015. Es uno de los numerosos líderes sindicales coreanos juzgados recientemente acusados de cargos cuestionables relacionados con las protestas sindicales, y su sentencia se produjo apenas dos semanas después de la de Han Sang-gyun, presidente de la central sindical central sindical Organización sindical a nivel nacional, regional o de distrito, a la que están afiliados distintos sindicatos. Suele denotar una federación o confederación de ámbito nacional. Korean Confederation of Trade Unions (KCTU), condenado a cinco años de prisión por ‘ofensas’ similares. Una de las acusaciones fue la de “obstruir el tráfico”, sin embargo, según el presidente de la ITF, Paddy Crumlin, la manifestación “como mucho ocasionó un ligero atasco”.
La manifestación de noviembre se convocó en protesta contra las propuestas de reformas laborales que reducirían considerablemente los derechos de los trabajadores, y contra el Gobierno en general. El régimen reprimió duramente dichas protestas, como parte de lo que muchos consideran un ataque a mayor escala contra el movimiento sindical en Corea, destinado a castigar a los sindicatos por oponerse a unas reformas que afectarían negativamente las vidas de los trabajadores y trabajadoras.