La firma china de explotación de minas de diamantes, Anjin Investments, despidió a 1.500 trabajadores que habían participado en una huelga reclamando mejores salarios y condiciones de trabajo.
Los trabajadores recibieron puñetazos, patadas e insultos racistas por parte de los empleadores.
Varios trabajadores denunciaron además graves agresiones sexuales por parte de sus jefes.