El 29 de diciembre de 2014, seis trabajadores libaneses presentaron una solicitud al Ministerio del Trabajo para formar un sindicato destinado a organizar a los trabajadores/as del hogar, excluidos de la protección del Código del Trabajo libanés. El sindicato propuso incluir a los trabajadores/as del hogar, así como a las personas que brindan atención en hogares de ancianos y a personas con discapacidad, que ofrecen servicios de limpieza en los hogares y oficinas y otras categorías similares.
El 25 de enero de 2015, con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federation of Trade Unions of Workers and Employees (FENASOL) del Líbano, aproximadamente 350 trabajadores/as del hogar de diversas nacionalidades se reunieron para celebrar el Congreso de fundación del sindicato. Sin embargo, los miembros del sindicato anunciaron que no habían recibido respuesta a su solicitud, y que el Ministro del Trabajo Sejaan Azzi había denunciado al sindicato como ilegal, según informes de los medios de comunicación.
El Código del Trabajo del Líbano de 1946 excluye específicamente a los trabajadores/as del hogar, tanto libaneses como migrantes, negándoles la protección que concede a los demás trabajadores/as. En Líbano, las familias emplean aproximadamente a 250.000 trabajadores/as del hogar migrantes, procedentes principalmente de Sri Lanka, Etiopía, Filipinas y Nepal. En virtud del artículo 92 del Código del Trabajo, también se niega explícitamente a los trabajadores extranjeros el derecho a elegir o a ser elegidos como representantes de un sindicato.
Como resultado, se niega a miles de trabajadores y trabajadoras el derecho a la libertad sindical y a la negociación colectiva, y no existen garantías jurídicas adecuadas para los trabajadores/as migrantes ni para algunas categorías de trabajadores/as libaneses, dejándolos vulnerables al abuso y la explotación.
Las quejas más comunes recibidas por las embajadas de los países de procedencia de estos trabajadores/as y las organizaciones no gubernamentales son los malos tratos infligidos por los reclutadores, el impago o retraso en el pago de los salarios, el confinamiento forzoso en el lugar de trabajo, la negativa de disponer de tiempo libre, el trabajo forzoso y el maltrato verbal y físico. A pesar de los las reiteradas declaraciones públicas de los funcionarios libaneses indicando que van a mejorarse las condiciones de los trabajadores/as del hogar migrantes, las reformas han sido insignificantes.