La dirección de ATG Ceylon, fabricante britano-esrilanqués de guantes de trabajo, despidió a cinco dirigentes y miembros del sindicato con efecto inmediato a partir del 11 de enero, pese a que todos ellos estaban implicados en un procedimiento de arbitraje con la empresa, que todavía no había concluido.
El arbitraje guarda relación con un incidente acaecido en septiembre de 2015, cuando se colocaron panfletos en el tablón de anuncios sobre una campaña de donación de sangre organizada por el sindicato con el ministro de salud, para conmemorar el segundo aniversario del sindicato. Como resultado, la dirección de ATG abrió expedientes a 30 empleados. Siete empleados, incluyendo dirigentes sindicales, fueron sometidos a medidas disciplinarias y se envió una carta de advertencia a otros empleados.
Según el sindicato Free Trade Zones & General Services Employees Union (FTZ & GSEU), la dirección de ATG actuó de manera discriminatoria. Por ejemplo, en febrero de 2017, la empresa obligó al sindicato a realizar una votación para representar a los trabajadores, pese a que disponía ya de un mandato para hacerlo. Además, se negó a entregar medallas de oro a los miembros sindicales que llevaban trabajando más de cinco años en la empresa, mientras que se las concedió a los trabajadores no sindicalizados, como parte de las celebraciones de las bodas de plata de la empresa. En cambio, un trabajador que renunció al sindicato recibió su medalla.
Los trabajadores en la planta afiliados a FTZ & GSEU iniciaron una protesta exigiendo la inmediata readmisión de los cinco trabajadores despedidos y pidiendo a la dirección de ATG una colaboración constructiva con el sindicato para resolver el conflicto lo antes posible.