En tres ciudades chinas distintas –Chongqing, Chengdu y Jilin– donde están ubicadas tres fábricas distintas de Coca-Cola, se llevaron a cabo huelgas simultáneas. En el marco de una acción coordinada sin precedentes en el activismo chino, los empleados de la empresa de Coca-Cola de China se manifestaron contra la decisión del gigante multinacional de vender sus operaciones de embotellado en el país. A mediados de noviembre de 2016, la empresa anunció sus planes de ceder su participación en el proceso de embotellado en China a dos empresas: Swire Beverage Holdings Ltd. y a China Foods Ltd., pertenecentes a la empresa estatal COFCO.
Preocupados por el hecho de que COFCO fuera a reducir su personal después de asumir sus nuevas responsabilidades, el 21 de noviembre de 2016 los trabajadores convocaron una huelga general coordinada. Los trabajadores temporales contratados por la policía entraron en las instalaciones de la fábrica de Chongqing, apagaron todas las luces y comenzaron a apalear y a secuestrar a los manifestantes, entre los que había una mujer embarazada, aludiendo como justificación la necesidad de mantener el orden público. A esto le siguió un sangriento conflicto cuando el personal no oficial de la policía partió las puertas de los aseos donde los trabajadores se habían escondido para protegerse.
Un directivo de nivel medio de Coca-Cola en China declaró que la empresa no había respondido a las demandas del personal, por lo que las tensiones se habían intensificado legítimamente. Sin embargo, los trabajadores habían hecho por su parte claros esfuerzos para tratar de llegar a un acuerdo con la dirección. En una tentativa para legitimizar un proceso de negociación conjunta de compra de la empresa, los empleados intentaron implicar a la All-China Federation of Trade Unions –el único sindicato reconocido por el Gobierno chino y financiado por el Estado– a pesar de su falta de experiencia a la hora de abogar por los derechos de los trabajadores. La dirección no atendió en ningún momento la propuesta de entablar negociaciones conjuntas, reprimiendo en cambio con violencia todas las acciones colectivas.