En septiembre de 2016, la empresa Chick, compañía tercerizada de la multinacional Telefónica, cerró sus puertas despidiendo a 100 trabajadores telefónicos miembros de la Unión de Empleados y Técnicos de las Telecomunicaciones (UETTEL- CTA). El sindicato venía negociando desde 2013 con la empresa para mejorar los derechos laborales de los trabajadores.