Konstantin Beliy trabajaba desde hacía tres años como guardia de seguridad en la red de supermercados “#1” (“47 Parallel”) en la ciudad de Kishinev. En vista de las numerosas violaciones de los derechos de los trabajadores/as, decidió formar un sindicato afiliado al Sindicato de Trabajadores del Comercio, Catering, Restaurantes, Hoteles, Servicios y Cooperativas de Consumidores (SindLUCAS), del que fue elegido Presidente. Tras apelar a la Inspección de Trabajo, se consiguió poner fin a las deducciones ilegales de los salarios de los trabajadores. El sindicato intentó además emprender negociaciones colectivas con la dirección en relación con las horas extraordinarias y la negativa del empleador a conceder a sus empleados las vacaciones previstas por la ley.
A finales de julio, el Sr. Beliy fue objeto de una sanción disciplinaria por incitar a los trabajadores a afiliarse a un sindicato. El 27 de septiembre, Beliy fue despedido sin que la empresa hubiese obtenido la aprobación de una organización sindical de nivel superior, tal como requiere la ley en Moldova. Beliy apeló la decisión, y el caso está actualmente siendo considerado. Al parecer el director de la empresa indicó que estaba dispuesto a pagar lo que hiciese falta para impedir el retorno de Beliy y del sindicato a los supermercados.