Las cifras oficiales indican que en Jordania hay más de 322.000 trabajadores migrantes, pero según estimaciones no oficiales la cifra de trabajadores migrantes no registrados asciende a 100.000-150.000. Muchos de ellos, en especial los trabajadores y trabajadoras del hogar, están empleados sin los permisos apropiados, les retienen el pasaporte y se ven forzados a realizar jornadas interminables. En octubre, una empleada del hogar migrante procedente de Indonesia sufrió una caída y se mató cuando intentaba escapar de su empleador.
En agosto de 2008, las nuevas enmiendas al Código Laboral estipularon que los trabajadores/as del hogar migrantes deberían recibir el mismo trato que los trabajadores jordanos en materia de atención médica, pago puntual de los salarios e inscripción en la Seguridad Social. Según las nuevas normas, todos los traspasos de empleados/as del hogar de un patrono a otro deben ser ratificados por una junta laboral para garantizar una mayor transparencia del proceso. Anteriormente, dichos traspasos se gestionaban en oficinas de contratación. A pesar de los cambios legales, para la mayoría de los trabajadores extranjeros la situación no ha mejorado y durante 2010 han salido a la luz varios casos de abusos.